jueves, 7 de febrero de 2013

LA MEMORIA DEL PARLAMENTO EUROPEO

    Informa el diario Público que el Parlamento Europeo ha decidido vetar una exposición en sus instalaciones sobre exhumaciones del franquismo, titulada "Exhumando fosas, recuperando dignidades", auspiciada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Las razones aducidas por el Partido Popular Europeo son que puede generar controversia política y que contiene imágenes impactantes.
         La primera sensación es de perplejidad ante tal justificación, no por las razones, que no se sostienen: el fascismo a estas alturas no debería generar controversia política alguna y para imágenes impactantes las de comunidades enteras en muchos lugares de Europa metódicamente despojadas de derechos sociales trabajosamente conquistados y entregados al moloch del mercado.
       Y decimos que produce perplejidad porque quien no ha autorizado la exposición parece desconocer los orígenes y razones últimas de la Comunidad Económica Europea, la CECA y el EURATOM, que no eran sólo construir un mercado común, sino también tender puentes y lazos entre comunidades enfrentadas durante decenios, para que las dos grandes tragedias bélicas vividas en la primera mitad del siglo XX, no volvieran a repetirse. La memoria colectiva de Europa con sus avances y retrocesos, sus conquistas y tragedias, era la fuente de la que se alimentaba el proyecto. A todo el entramado jurídico-institucional de la actual Unión Europea subyace esta memoria colectiva, en la que destacan con derecho propio el Holocausto y la larga lucha por la libertad y la democracia.
     Recordemos también que la CEE se construyó contra el fascismo, a la España de Franco no se le permitió ser miembro a pesar de que lo solicitaron con insistencia.
      Los recortes, tan pregonados desde la Unión, son tan profundos, que están llegando al sustrato moral sobre el que se asienta.

Dejamos un enlace con la noticia:

domingo, 3 de febrero de 2013

JUECES, PERO PARCIALES

El pasado viernes 1 de febrero tuvimos ocasión de escuchar a Carlos Jiménez Villarejo en la ciudad de Cáceres, gracias a un acto organizado por el Grupo de Estudios sobre la Historia Contemporánea de Extremadura, Asociación empeñada en promover, sin apenas medios, la investigación contemporaneísta extremeña. Y, en un salón de actos atestado de público, no sólo habló del libro que firma con Antonio Doñate, cuyo contundente título "Jueces, pero parciales. La pervivencia del franquismo en el poder judicial" nos adelanta hacia donde dirigen su indagación: las herencias del franquismo que aún perviven en uno de los poderes del Estado.
En ese acto, como decimos, también se habló de otras cuestiones estrechamente imbricadas con el título y el contenido del libro, como  la memoria de las víctimas del franquismo y del pobre papel que viene desempeñando la administración de justicia en este asunto. Y se habló de las deficiencias de la Ley 52/2007, la conocida Ley de Memoria Histórica. Se criticó no sólo la imposibilidad de revocar las consecuencias del ordenamiento represivo franquista (Consejos de Guerra), sino también la "privatización" de la búsqueda de víctimas de desapariciones forzadas, dejando en manos de asociaciones, a través de subvenciones, una tarea exclusiva del Estado.Y se habló de la herencia franquista en la judicatura y los obstáculos que una institución tan conservadora, después de más de treinta años de democracia, sigue poniendo para que no se llegue al fondo judicial de las responsabilidades en la represión franquista de guerra y posguerra.

Y se habló de la necesidad que tiene nuestra sociedad de restañar unas heridas a cuya curación no contribuye el Poder Judicial.
Esperemos que libros como este contribuyan a que las palabras Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas del franquismo adquieran toda su virtualidad y contenido.